De Stephen Marchand Fernández (Autor), Jordi Valls (Prólogo)

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«Un libro de poemas fascinante, adictivo, de humor inteligente y visualmente impactante.»
Jordi Valls

«Stephen Marchand Fernández es un poeta contundente, rompedor de los moldes del lenguaje para crear su propio universo simbólico.»

Carolina Rivas

Stephen Marchand Fernández surge como poeta tejedor de la palabra y el cuerpo. Se abre paso entre palabras, tejidos y cavidades. Presenta el cuerpo como organismo vivo y como motor del lenguaje hasta dar con el silencio y entrar de lleno en el vacío.

Al igual que otros arqueólogos e investigadores de la palabra y el cuerpo como Gamoneda o Barthes, Stephen Marchand Fernández nos convoca a esta aventura de la palabra, nos hace cómplices de su visión del cuerpo más allá de lo físico, nos da la mano y entramos en su punto de vista, que es un lugar, una presencia, un reconocimiento. Hacerse cuerpo rompe los moldes de lo visible y lo invisible, del espacio habitado, y lo hace con una poética contundente, llena de pasadizos y símbolos.

STEPHEN MARCHAND FERNÁNDEZ

Stephen Marchand Fernández (Madrid, 1983) es maestro de lengua y literatura españolas y francesas en Groton School, Massachusetts, Estados Unidos. En 2020, Chicago University reconoce su labor docente con el premio «Outstanding Educator». Ha traducido obras del inglés al español y viceversa. Tras obtener su grado en lengua y literatura españolas en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, realiza cursos de literatura en Oxford University y en Harvard University. Hacerse cuerpo es su primer poemario.

PRENSA

FIL GUADALAJARA 2023

Nota de prensa publicada en el periódico de la Jornada, escrita por Juan Carlos G. Partida.
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Noticia de la presentación publicada en el periódico de UDG. Haz click en la foto para leer reportaje completo.

Reportaje de la presentación del libro para el canal UDGTV. Haz click en la foto para ver vídeo completo.

Entrevista de Stephen Marchand Fernández en Televisa. Haz click en la foto para ver vídeo completo.

El escritor Stephen Marchand Fernández y la reportera Mónica Mateos durante la presentación del libro en la FIL 2023

HACERSE CUERPO

PRESENTACIÓN

FIL GUADALAJARA 2023

Por Mónica Mateos

El lanzamiento en México, en la 37 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, del libro de poesía Hacerse cuerpo, de Stephen Marchand Fernández, nos da noticia de que este género literario está más revolucionario que nunca.

Julio Cortázar, nuestro enorme Cronopio, decía que los poetas son una contradicción permanente porque de alguna manera matan las cosas al mostrarlas, mezclan las barajas del presente, cambian los sentidos, confunden entrar y salir, cara y cruz, arriba y abajo. Por supuesto, todo esto significa que son los poetas quienes le dan sentido al Universo. Porque la boca de los poetas, es decir su voz, su pluma, (ahora) su teclado, no es solo suya, sino también de sus lectores, porque los poetas, aunque nos hablan desde lo más profundo de su ser y a veces nos muestran el retrato de la muerte, lo que hacen siempre es celebrar nuestra existencia, la existencia de eso que llamamos Humanidad, aunque ahora andemos todos de capa caída por las guerras.

Aquí tenemos a un poeta que es ejemplo de todo ello. Stephen Marchand Fernández, un poeta que cuando nos habla del hombre pájaro que una vez se lo llevó a no sé dónde y le habló de no sé qué, en realidad está desafiando al tiempo y a las modas como todo buen poeta lo debe hacer, y se convierte, como ya lo dije antes, en un revolucionario, porque su palabra es oráculo y es acción, pero sobre todo porque su palabra es eco y es una invitación a hacer comunidad. Solo en comunidad sobreviviremos estos tiempos agitados.

Creo que ese es el signo de nuestros poetas contemporáneos: su fuerza literaria ahora nos convoca, nos reúne, nos empuja a hacer un círculo en torno a ellos no solo para escucharlos, sino para escuchar nuestras propias inquietudes y, sobre todo, para compartirlas y enriquecerlas, esa es la diferencia con los juglares de antaño.

Porque los poetas siempre han estado entre nosotros, a veces sobreviviendo a la indiferencia de los lectores, al tiempo o a los yugos de algunos críticos literarios. Por supuesto, hay poetas de todos colores, sabores y formas. Unos andan peleando un lugarcito en las antologías, otros van buscando premios o una vitrina, aunque sea polvorienta, en algún salón de la fama. Y hay poetas que se embriagan con el lenguaje y nos invitan a saborear sus descubrimientos.

Así es este libro. Como bien dice Jordi Valls en el prólogo, aquí encontramos poemas adictivos, de humor inteligente y visualmente impactantes, que si bien tienen como tema central el cuerpo, se expanden para hacernos pensar también en el amor, el miedo, las ausencias, la furia y, por supuesto, la muerte, nuestra eterna compañera.

Sobre todo, me gusta que se trata de textos que también cuentan historias. Nuestras historias.

Una nevada, una gárgola, un cuerpo de agua, o mejor dicho un charco, o mejor dicho el mar, o mejor dicho esa humedad que nos da vida, son los lugares a donde nos lleva Stephen, porque nunca va solo a esos parajes donde se detiene al filo de los abismos, y nos suelta la pregunta fulminante: ¿qué dice de nosotros el vapor que exhalamos? ¿soy acaso el agujero por el que varios mundos se filtran?

Si en el siglo XIX Gustavo Adolfo Bécquer nos tuteaba y estremecía al responder a la pregunta ¿qué es poesía? Poesía eres tú, decía el poeta, por supuesto para ensalzar la belleza no solo de un rostro, sino de ese cúmulo de sentimientos plasmados a través de la palabra. Ahora, nuestro poeta –aquí presente– le habla a un nosotros y nos invita: vamos a darle otro corazón al mundo. Qué necesario, qué indispensable es hoy esa propuesta: vamos a darle otro corazón al mundo, dice Stephen, y no hay otra respuesta que decirle “si”, y seguirlo, seguir sus palabras, seguir leyéndolo.

Y es que los lectores también formamos parte de la atmósfera de encantamiento que hay alrededor de un poema. Porque como bien decía Gabriela Mistral, los lectores de poemas, son, somos, mucho más que los otros lectores. Somos ambicioso y exigentes porque siempre queremos que el poeta nos entregue material incandescente.

Este libro no nos defrauda. Se nota que cada palabra ha sido un carbón encendido que ha brotado, de tarde en tarde (o de noche en noche, ya nos contará Stephen), en puñados, envueltos en humo negro, para luego ser pulidas hasta quitarles la bruma y dejarnos más que imágenes y metáforas, ideas que resplandecen. Ya escucharemos a Stephen en unos momentos pues quisiera pedirle que nos comparta no solo algunos de sus poemas, sino que nos narre su experiencia de la escritura.

En la entrevista que nuestro poeta concedió a La Jornada, dijo que “El lenguaje es muy poderoso y bastante directo. Es capaz de producir una mueca, alegría, tristeza, un enfado e incluso preocupación. Por eso, en un mundo acelerado, la poesía nos permite frenar un poco nuestro vehículo, además de visitar otros planos existenciales. No conozco otra manera de articular mi vida que no sea a través de la escritura”. Son palabras de Stephen.

En esa entrevista, también nos compartió que el libro se inspiró en su esposa embarazada, en su hijo (antes y después de venir al mundo), en la idea de ser padre, el pesimismo, así como en autores que admira y siguen puliendo su forma de pensar.

Precisamente con el lanzamiento de Hacerse cuerpo, nuestro poeta se suma a ese grupo de escritores que pulirán nuestras reflexiones e ideas, porque los poetas han sido calificados como magos, e incluso dioses, ya lo decía Huidobro: el poeta es un pequeño dios que no solamente es capaz de crear el mundo, o de recuperarlo con palabras, sino también -y sobre todo- porque puede mostrarlo a los demás y nos descubre las mejores cosas de la vida a través de sus ojos.

A mi me deslumbra saber que más que un alquimista o una deidad de otras tierras, Stephen es un maestro de lengua y literatura españolas que trabaja en universidades estadunidenses e inglesas mostrando los prodigios de nuestro idioma. Porque las lenguas son más que medios de comunicación y eso es lo que la poesía nos revela, que el lenguaje es «también una música, una pasión y un sueño”, como decía Borges.

Y la literatura en la lengua castellana es un continente enorme, con autores que también encontraron en la poesía la ruta para experimentar y descubrir las infinitas posibilidades de la palabra. Ahí están Octavio Paz, César Vallejo, José Martí y tantos otros a los que se suma hoy Stephen en una ruta que siempre agradeceremos los lectores de poesía, que incondicionalmente nos lanzamos a las profundidades de los poemas que nos interesan. Esto quiere decir que la historia interna de los poemas nos importa como si fuéramos arqueólogos ante el santo grial descubierto en unas cuantas líneas.

No sé si hay pocos o muchos lectores de poesía en el mundo. Creo que hay suficientes para mantener más vivo que nunca a este género al que hace años algunos pesimistas habían declarado en agonía.

Celebro la aparición de este libro que marca también el nacimiento de la editorial Open Books que se define como un faro editorial para los nuevos escritores, con un enfoque que queda clarísimo en este libro de Stephen Marchand: “obsequiarnos a los lectores una visión global inclusiva de lo que es hoy la literatura, una visión que valora la diversidad y la innovación”.

Guadalajara, 30 noviembre 2023

Mónica Mateos (Ciudad de México, 1967). Periodista. Desde 1991 pertenece al equipo editorial del periódico La Jornada. Como periodista cultural ha realizado coberturas internaciones en Sudáfrica, Reino Unido, Suiza, España, Noruega, Perú, Cuba y Estados Unidos. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Inició su carrera periodística en 1988 en el diario El Nacional. Fue reconocida con el Premio Nacional de Periodismo 2022 por su trayectoria de 30 años en el periodismo cultural y en 2013 fue finalista del Premio Nacional de Periodismo por su reportaje acerca de los restos de los héroes patrios que fueron exhumados durante las fiestas del Bicentenario en su país. Es autora del libro Mariposa negra. Diagnóstico: tumor cerebral, una crónica sobre el sistema de salud en México, editado por la UANL. También participó en el libro Saramagia, editado por Grano de Sal con motivo del centenario del nacimiento de José Saramago. Imparte talleres de periodismo para niños y jóvenes, y forma parte del comité organizador de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas. 

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